Padre Isla, el sarcástico clérigo leonés al que la Inquisición censuró

Es el centro decano de todos los institutos de segunda enseñanza de la provincia, el centro matriz. Fundado en 1846 por Real Orden del Ministerio de la Gobernación pero con una denominación muy diferente a la que se le conoce hoy en día: Instituto Provincial de Segunda Enseñanza León.

Y es que no fue hasta 1946 en la celebración del centenario de su creación cuando un catedrático del centro, Luis López Santos, sacerdote, propuso un cambio de nombre eligiendo entre multitud de posibilidades el de un clérigo aperturista del siglo XVIII, José Francisco de Isla Rojo, más conocido como Padre Isla.

Pero, ¿quién fue Padre Isla y por qué un instituto de la ciudad lleva su nombre?

«Es un jesuita que nació en Vidanes y su madre procedía de Valderas», asegura Pedro Víctor Fernández, profesor honorífico del IES Padre Isla antes de ensalzar su figura: «Fue un hombre muy aperturista, viajó mucho y es una figura relevante a nivel literario».

Pasó su infancia en la localidad natal de su madre y a los 16 años ingresó en la Compañía de Jesús en Santiago de Compostela desde donde se trasladó a Villagarcía de Campos para hacer los dos años de noviciado.

Estudió teología en la Universidad de Salamanca donde recibió la influencia del escolástico padre Luis de Losada, del que se dice que se inspiró para su obra más significativa, 'Historia del famoso predicador fray Gerundio de Campazas, alias Zotes' donde emplea la picaresca, la burla y el sarcasmo para criticar algunos de los defectos que tenía el clero en aquel momento: «De hecho su obra fue captada y prohibida por la Inquisición, aunque luego se pudo colar una segunda edción y salió a la luz», afirma Fernández.

En 1727 fue ordenado de misa en el oratorio privado del palacio episcopal de Salamanca y su primer destino fue Medina del Campo donde fue profesor de Gramática y Retórica durante dos años.

Después pasó por Valladolid, Santiago y Segovia donde tuvo sus primeros encontronazos con la Inquisición cuando le acusaron en 1741 de incitación ilícita en el confersionario y fuera de él.

En 1750 abandonaba la docencia y comienza a trabajar en traducciones y en sus propias obras. Fue ya en 1758 cuando publica la primera parte de su obra más célebre bajo el ficticio nombre de Francisco Lobón de Salazar, que se agotó en tres días. La segunda parte no llegaría hasta 1768 una vez ya exiliado el leonés.

«No era un clérico al uso, Padre Isla, fue un hombre, un jesuita del siglo XVIII que manejó muy bien los temas relacionados con el sarcasmo, la burla y era un poco incisivo en algunas de sus obras, era un hombre que copiaba la picaresca anterior y la literatura burlesca», reconoce el profesor honorífico del instituto.

Residió en Valladolid hasta la expulsión de la Compañía de españa en 1767 y se trasladó, muy enfermo, a Pontevedra hasta instalarse definitivamente en Bolonia donde murió en 1781.

«Una figura de alguna manera emblemática. Hay pocos clérigos leoneses que tuvieran tanta trascendencia, habría que remontarse a Fray Bernardino de Sahagún pero quizá dentro del clero leonés sea una de las figuras más relevantes», afirma Fernández.

Y quizás, por ese motivo, por su ideología aperturista y poco convencional, Luis López Santos lanzó la propuesta al claustro del instituto en una época donde el nacionalcatolicismo triunfaba en el país y donde, ni Padre Isla ni López Santos, encajaban: «López Santos no era un clérigo conservador sino más bien un hombre aperturista y se inclinó por Padre Isla. No hay ninguna intencionalidad, este hombre sencillamente entendió que ese podía ser un personaje clave».

Sacerdote fuera de lo común, docente, traductor y novelista satírico y costumbrista, Padre Isla fue el 'hombre de las dos caras', según los expertos, que no llegó a ser plenamente reaccionario, ni un innovador.

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