Claudio Sánchez Albornoz, de hijo adoptivo de la provincia a presidente en el exilio

Fue ocupado durante la Guerra Civil por el Grupo de Cazas de la Legión Cóndor, hospital de guerra y Escuela Normal. Convivieron allí capataces de minas, estudiantes de magisterio, personal hospitalario y miembros del Frente de Juventudes.

Desde el inicio de su construcción en 1931, por los pasillos de este edificio histórico de la ciudad han pasado miles de personas que, seguramente, quedaran asombradas por la arquitectura del inmueble.

Austero, con pocas concesiones artísticas y hecho con ladrillo cara vista, en la Avenida Asturias se erige este 'Centro de Enseñanza Histórico' declarado por la Junta de Castilla y León en 2019 y que en 1989 renacía como Instituto de Formación Profesional nº2 de León cambiando de denominación tres años después por el nombre de uno de los personajes más importantes de la historia de España del siglo XX. «Hay una anéctoda muy curiosa y es que siendo director Andrés Díez del Pozo, catedrático de Filosofía y durante la votación en el claustro para ponerle nombre al centro, tenían que desempatar entre Buenaventura Durruti y Sánchez Albornoz y por poco no gana el revolucionario», recuerda José Antonio Crespo, director del centro.

Pero, ¿quién fue Claudio Sánchez Albornoz y por qué un instituto lleva su nombre?

Nacido en Madrid en 1893 pero con sangre abulense, Claudio Sánchez Albornoz fue un historiador, humanista y una de las figuras más importantes de la política española de la segunda mitad del siglo XX: «Era un hombre con una inteligencia fuera de lo normal. Con 25 años era Catedrático de Historia en la Universidad de Barcelona y después también pasó de manera fugaz por la Universidad de Valladolid para luego asentarse en la Autónoma de Madrid», comenta José Antonio Crespo, director del IES Claudio Sánchez Albornoz.

A los 22 años ya fue número uno en las oposiciones al Cuerpo Facultativo de Archivos, Bibliotecas y Museos y es ahí cuándo, previsiblemente, tenga su primer contacto con León y más en concreto con los archivos de la Catedral: «Escribió un libro 'Estampas de la vida en León hace mil años' y también lo hizo sobre el reino asturleonés y el reino de León», agrega Crespo.

Compaginó su actividad docente con la política. Fue rector de la Universidad Central entre 1932 y 1934 y en 1933 fue nombrado ministro de Estado, vicepresidente de las Cortes y embajador de España en Lisboa en 1936 durante el estallido de la Guerra Civil.

Una vez finalizada la guerra, fue separado de su cátedra y comenzó así su exilio, primero en Burdeos y después en Argentina donde fue profesor de Historia en las universidades de Mendoza y Buenos Aires.

Demócrata liberal, católico y anticomunista, Sánchez Albornoz defendió la II República llegando a ser presidente del Gobierno en el exilo entre 1962 y 1971.

En 1976 regresa a España para una breve visita y en 1983 se asienta definitivamente en Ávila donde muere al año siguiente y es enterrado en la Catedral: «Quizás por esa vinculación de sus libros con León y a su vuelta con la democracia, en 1984 la Diputación de León le nombra Hijo Adoptivo de la provincia. De alguna manera se le reconoce también los méritos que tuvo en la provincia», afirma Crespo.

Según José Antonio Crespo, su idea de concordia, de unión, de estudio, de esfuerzo, de inteligencia y de dedicación hacen de Sánchez Albornoz una figura clave de la historia política de este país: «Ahora su figura está un poco olvidada pero durante la Transición, él y muchos otros personajes que estuvieron en el exilio durante la dictadura franquista, fueron fundamentales y están en el sentir popular y que merecen todos los reconocimientos».

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