Borrar
Director, profesores y alumnas del IES Legio VII. Sandra Santos
Selectividad en León

Llega la PAU de los cambios: «Nos tienen como conejillos de indias»

Profesores y alumnos asumen una prueba «más competencial y menos opcional» con la confianza de que el trabajo «ya se ha hecho durante el curso»

Domingo, 1 de junio 2025, 09:15

Los pasillos del IES Legio VII tienen la vida de cualquier día normal de curso. Se acerca el verano y lo único que cambia es la ropa, más fresca y adaptada a los últimos días de mayo. Solo en las aulas de segundo de Bachillerato se nota cierta paz, poco habitual en otras fechas, y un ritmo más bajo de alumnos.

Las clases ya son optativas y solo los más voluntariosos se han acercado a apuntalar sus conocimientos de cara a una PAU que vuelve a traer cambios.

Los días 3, 4 y 5 de junio, casi medio centenar de alumnos de este instituto público están convocados a esta prueba. En esta edición, con un nuevo cambio de nombre, han tenido que esperar hasta después de Navidad para saber qué y cómo entra en cada uno de los seis exámenes que deben afrontar.

Un instante del reportaje en el Legio VII. Sandra Santos

Lengua se llevó la palma de los cambios, aunque asignaturas como Historia, Filosofía, Geografía o Matemáticas también tienen importantes novedades. La principal: más práctica y menos teoría; el problema: la falta de previsión para plantear este modelo a los alumnos.

«Si voy a ser pobre, al menos seré feliz»

Fátima Zaara Estudiante

«Si voy a ser pobre, al menos seré feliz»

Fátima quiere estudiar Educación Social antes de apuntarse a Arte Dramático. Llega a la prueba con un 7,5 de media y sin nervios: «Estoy estudiando lo que llevo trabajando todo el curso».

Tenía clara la carrera que quería coger y que iba a ir por Humanidades a pesar de que le decían que «vas a morirte de hambre y a trabajar en el McDonald's. Si voy a ser pobre, al menos seré feliz», reflexiona de una forma impropia para sus 17 años.

Estos días ha aprovechado para quedar con profesores y repasar asignaturas como Historia y sus prácticas; traducción, sintaxis y fonética en Griego; o hacer un simulacro del examen de Inglés. Y de cara a los exámenes de la PAU prefiere «dejarse llevar, sin nervios» y confiada en que le saldrá bien. «En el curso hay más nivel y creo que esto será más fácil. Hemos hecho muchos modelos cero y creo que va a ir bien».

Sobre los cambios, reconoce que la diferencia está en las preguntas «más competenciales», aparcando un poco la teoría y haciendo «que pienses por ti mismo y tengas las ideas claras», en un curso que ha sido «más rápido y más exigente» por esas novedades.

«A Kant no lo quiero ni ver»

Lucía Alonso Estudiante

«A Kant no lo quiero ni ver»

Para Lucía, con un 8,3 de media en segundo, el propósito es aprobar para seguir sus estudios de Filología Clásica en la Universidad de Oviedo. «No necesito más que un cinco, pero lo hago por mí porque quiero hacerlo lo mejor posible», explica como sentido a la prueba que tiene por delante.

Su gran temor es Filosofía, y en especial Kant, al que no quiere ver ni en pintura, y también le asusta Historia porque son «las que más exigen». En el lado opuesto están Inglés y Latín. «Tengo nervios, pero no mucho. No me exigen más que aprobar e intento estudiar todos los días las asignaturas que más me cuestan».

Los cambios de la selectividad provocó que a principios de curso «en muchas asignaturas no se sabía nada de lo nuevo», especialmente en Lengua donde no tenían ni los libros que estudiar; en otras, el modelo salió muy tarde y los profesores se las ingeniaron para avanzar con el temario.

Ahora están acudiendo a clases voluntarias, especialmente las más prácticas para que el profesor les ponga a prueba. A pesar de ello, confían en sus opciones y creen que «no hay por qué preocuparse» de cara a una evaluación «que son exámenes más sencillos que en el instituto», especialmente si el examen de Filosofía aparece el nombre de Nietzsche.

«Iba a haber cambios y luego no fueron para tanto»

Aníbal Vadillo Profesor de Griego

«Iba a haber cambios y luego no fueron para tanto»

En el lado opuesto de la mesa están los profesores de un curso que empezó «un poco lento» porque hasta Navidad no tenían el material de la prueba. «Hubo cambios del modelo cero, de la matriz de especificación y de los contenidos de cada materia». Por ello hizo falta reuniones para ajustar una normativa que «luego no fue para tanto», aunque sí suprimió la opcionalidad.

En Griego habrá una traducción, un análisis morfosintáctico, una pregunta de literatura y otra de etimología. Una estructura «más o menos igual», pero con pérdida de opciones. Unos cambios a los que el profesorado de segundo «ya está acostumbrado» y se han anticipado intuyendo lo que iba a ocurrir.

Reconoce que su asignatura, más allá de ser «para cafeteros», es «para la vida en general» porque mucho de lo que se aprende sirve luego para la cultura general, incluso en las ciencias.

Lamenta que sea «imposible» un acuerdo para una PAU única. Ahora, el 80% de las comunidades han coincidido en fechas y en la opcionalidad, pero las competencias seguirán siendo diferentes en Castilla-La Mancha y en Castilla y León. «Nos han pedido que fuera más competencial, no tan memorístico, y en Griego lo hemos tenido más fácil».

«El problema más grave ha sido la tardanza»

Diana Esteban Profesora de Historia

«El problema más grave ha sido la tardanza»

«La Historia de España no cambia, pero la selectividad un año tras otro». Esa es la primera reflexión que deja Diana Esteban, que lamenta que sean «un conejillo de indias» para intentar innovar cada año. «El problema más grave ha sido la tardanza; esto se debería resolver en septiembre».

Han tenido que esperar hasta el 2025 para conocer unos cambios «que iban a ser de peso» porque querían incorporar una parte competencial que Historia no tiene. Cuando salió el modelo cero, ya empezaron a preparar comentarios de texto y el uso de mapas, «un libre albedrío» que no beneficiaba a nadie. Finalmente ha habido cambios «radicales» en la prueba de esta materia porque los contenidos y la estructura son distintos.

La primera revisión fue de 19 prácticas obligatorias, el examen dejaba atrás la cronología de cinco bloques y ahora incorpora tres que abarcan de la Romanización a la Transición; todo ello con el curso ya avanzado, y los estudiantes llegando al siglo XIX. «La práctica no es una mala idea. Sí debe existir en Historia, pero no pueden aparecer en enero».

«Esta prueba favorece la meritocracia en León»

Manuel Rodríguez Director IES Legio VII

«Esta prueba favorece la meritocracia en León»

Ha sido un curso «con un plus» de incertidumbre en el IES Legio VII donde la falta del modelo cero generó «una tensión extra». Ha sido la experiencia de los profesores los que han compensado la situación. «Sabían lo que tenían que hacer y anticiparon el trabajo en la primera evaluación».

A los alumnos se les transmitió «tranquilidad» porque los exámenes en el centro serían más difíciles que los de la PAU. «Queremos que vayan preparados, que se encuentren algo reconocible y no les vaya a asustar», presume el director con los resultados de los últimos años donde han estado entre los mejores institutos de la provincia.

Los cambios más notables fueron en la optatividad, en Historia, en Griego y en Geografía o Lengua. Especialmente fueron complejos en la última, porque se propusieron 16 obras iniciales que finalmente quedaron en 8 tras movilizarse el profesorado. «Ellos conocen a sus alumnos y saben hasta dónde pueden llegar, y eso era mucho»-

El director apunta a lo necesaria que es esta prueba para favorecer «la meritocracia» en la provincia de León: «Todos la misma prueba y eso nivela las calificaciones entre unos y otros centros, que la diferencia entre la selectividad y la nota de bachiller no debería ser de más de medio punto», sentencia, confiando en que, incluso, lo más justo sería una PAU única en todo el país.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

leonoticias Llega la PAU de los cambios: «Nos tienen como conejillos de indias»