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Seila Martínez en la parrilla del Ruta 987. Sandra Santos
Nos vamos de bares

Una maestra parrillera en un mundo de hombres: «El punto de la carne debe ser poco hecho»

Seila Martínez logra convertirse en la primera mujer finalista del prestigioso campeonato nacional en el que compitió con 50 cocineros sobre el césped del estadio de la Real Sociedad de San Sebastián

Viernes, 30 de mayo 2025, 08:15

La carne tiene que tener la bandera y estar hecha al punto. No hay más misterio para una de las nuevas maestras parrilleras que asoman poco a poco en un mundo de hombres.

Seila Martínez asumió el reto y triunfó sobre el césped de Anoeta. Ni el impresionante estadio de la Real Sociedad, ni cocinar para reconocidos chefs en la meca gastronómica donostiarra, hizo temblar los hierros que trinchó sin piedad esta riojana que lleva cinco años cocinando al carbón en León.

Desde su parrilla Ruta 987, en Ribaseca, todavía mantiene la sonrisa cada vez que ve el premio que la reconoce como finalista del prestigioso certamen nacional de Maestro Parrillero de España.

«Fue una experiencia inolvidable. Al principio daba un poco de impresión tener todo el estadio preparado para ti, pero ha sido una experiencia muy buena», reconoce mientras coloca un chuletón de vacuno de kilo y medio sobre los hierros de la parrilla de este restaurante leonés.

Un jurado tuvo que catar a ciegas hasta medio centenar de chuletas que 50 parrilleros de todo el país fueron cocinando. Seila quedó encuadrada en el grupo centro -Castilla y León, Madrid y Ciudad Real-, de donde saldría uno de los finalistas. Y ella fue la elegida.

La técnica de elaboración

Tomó una de las parrillas y tenía un cuarto de hora para preparar la pieza que acompañó con una guarnición de pimientos asados. Le dieron chuchillo y otros materiales, además de irle suministrando carbón cuando lo requería. «La pieza no era muy gorda y ya estaba atemperada», avanza. Entonces optó por su técnica: ponerlo de canto para que no se pierda la grasa y echarle la sal al final, además de pegarle un corte para evitar que al hacerse encoja.

Poco a poco fue trabajando la materia prima y el fuego para tostar la parte de fuera y obtener los tres colores: «Los parrilleros lo llamamos la bandera: crudo por dentro, un poco más hecho por encima y tostado por fuera».

De la semifinal salió «contenta», aunque «pecaba de humilde» y no se veía con opciones de pasar a la final. «No me lo imaginaba y fue un subidón de adrenalina», reconoce que sintió al oír su nombre como ganadora de la zona centro por parte de un jurado que tuvo que decidir «por muy pocos detalles» entre un lomo partido en chuletones donde entraba en juego «la mano y la suerte».

Ya en la final, los nervios se apoderaron de ella al competir con el campeón del norte -el guipuzcoano Markel, a la postre ganador-, un granadino y un levantino. «Nada más salir como finalista tuve que ponerme a asar el buey; no me dio tiempo a asimilarlo, pero me dije: voy a disfrutarlo».

Seila Martínez se convertía así en la primera mujer finalista en las cuatro ediciones que ha celebrado el concurso de Okelan a Maestro Parrillero de España. Un certamen con nombre masculino en «un gremio de hombres», como ella misma asume, y donde espera «darles caña» para que con actuaciones como la suya poco a poco se reconozca a las mujeres. «De 50 participantes, solo tres éramos mujeres y el apoyo entre nosotras fue increíble».

Finalizada esta gran experiencia, apenas unas horas después regresaba a su casa del Ruta 987. Desde los hierros ya recibe nuevas comandas que ahora llevarán el sello de una de las mejores parrilleras del país.

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